La feria concentró a más de 150 expositores y se calcula que más de mil cerdos fueron sacrificados para preparar la variedad de platos que tanto atraen a los comensales.
Cada uno de los pequeños comerciantes miembros de la Asociación de Chicharroneros mató de dos a cinco cerdos, mientras que otros sacrificaron de 14 a 16 chanchos.
“En la feria está permitido el chicharrón de cerdo y sus derivados”, afirmó el director de Cultura de la Alcaldía de Sacaba, Miguel Fajardo.
Los comensales estaban satisfechos por la variedad de platos y los accesibles precios.
“Es la primera vez que vengo y todo me parece bien. Los precios son razonables”, afirmó Carlos Monterrey, visitante de Cercado.
PRECIOS Los comerciantes vendieron el plato de chicharrón entre Bs 30 y 50. Una porción de tocino con mote y llajua costaba de Bs 5 a 10.
Algunos comerciantes aprovecharon la feria para vender otros platos y ofrecer más variedad a los comensales. Hubo picante de pollo, trucha, surubí y sábalo a la parrilla, también sopas.
No faltó la cerveza, la chicha y el guarapo para “matar al chancho” como acostumbran los cochabambinos.
Los policías municipales y funcionarios de la Alcaldía realizaron varias inspecciones a los puestos de comida en todo el recorrido de la feria (avenida Berto Nicoli) para controlar los precios, evitar el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y que los comerciantes no se asienten sobre las pasos peatonales.
ARTESANOS La feria reunió también a comerciantes de golosinas, juegos recreativos, artesanos y otros.
Un grupo de los artesanos tuvo que desarmar sus puestos e instalarse en otros lugares a exigencia de los funcionarios y policías municipales, porque habían invadido las vías para los peatones.
“Nosotros también necesitamos trabajar. Deberían estar más organizados y destinarnos un lugar”, señaló el artesano Julio Chuquimia López.
El inconveniente no pasó a mayores y la feria se caracterizó por la venta de chicharrón.
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