Cochabamba vive la fiesta de la miniatura. Anoche más de 100 artesanos levantaron el telón de la Feria de la Alasita 2012, con un ritual al Ekeko, divinidad de la abundancia, que —según la tradición oral— dio origen a la celebración.
De la inauguración, marcada por la q’oa en ofrenda al Ekeko, participaron representantes de la Alcaldía y de los artesanos, que llegan de La Paz, El Alto, Santa Cruz y Chuquisaca.
La Feria de la Alasita, que este año cuenta con el auspicio de Entel, es una síntesis del talento de los artesanos del país que cada año ofrecen diminutas réplicas de verduras, los alimentos de la canasta básica, utensilios de cocina, ropa, muebles, construcciones, monumentos y animales.
No podían faltar los documentos más requeridos como el certificado de matrimonio, el título profesional, los documentos de propiedad, la visa y el pasaporte.
Además de las miniaturas, los artesanos incluyen en su oferta productos como los maicillos, rosquetes, coquitos, tawa tawas, fruta abrillantada y suspiros, en diferentes tamaños.
La Feria de la Alasita se complementa con un parque de diversiones en el que los niños pueden disfrutar desde la tradicional suerte sin blanca hasta un paseo por las alturas en la montaña rusa. Los fines de semana se presentan los “mini” platos de ají de fideo, picante, sillpancho y pique macho.
La Feria estará abierta hasta el 18 de noviembre, en la avenida Costanera,cerca al puente de Quillacollo.
A pesar del tiempo transcurrido, el escenario de la Feria de la Alasita se mantiene sin mejoras, con el piso de tierra y casetas hechas con bolsas.
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