El Alcalde regaló billetitos al Gobernador para realizar obras en el departamento.
Las miniaturas de la Alasita invadieron ayer las plazas, calles y aceras de las ciudades de La Paz y El Alto para mostrar la imponente presencia de una tradición ancestral. El Ekeko fue el personaje central de la inauguración, pese a que en los puestos de venta su presencia es cada vez menos frecuente.
La venta en las calles. Minutos antes de las 12.00, la gente se apostó en torno a los improvisados puestos de venta para comprar los billetes en miniatura con la esperanza de que estos símbolos se harán realidad a lo largo del año.
No faltaron las comerciantes que llevaron billetes a las puertas de los bancos o edificios de oficinas, donde la gente salió a mediodía para proveerse de este dinero.
Los atrios de los templos estuvieron llenos y la afluencia de gente obligó a cortar el paso por las calles adyacentes a las plazas Murillo y San Pedro, las avenidas Simón Bolívar y América, y a reducir carriles en otras vías de diferentes distritos.
El historiador Fernando Cajías afirmó que, a pesar del tiempo, “la Alasita nunca perdió su importancia; cada año que pasa, su presencia está en toda la ciudad y creo que eso se fortalece más”.
El Ekeko fue la figura. En la plaza Camacho tuvo lugar el acto de inauguración de la Alasita, donde se eligió la mejor representación del Ekeko y se presentó a esta deidad en su versión más pequeña del mundo, una artesanía elaborada para la fecha que mide tanto como un octavo de una moneda de 10 centavos.
El alcalde Luis Revilla dijo que, como autoridad municipal, comprará billetes para que haya más dinero para obras, “para que los proyectos se hagan realidad, para que no falten los alimentos a la gente en la ciudad y también estoy pidiendo —al Ekeko— que nos dé paz, tranquilidad, nos permita a los paceños trabajar en armonía y unidos”.
Juegos de antaño. El director de Promoción Cultural de la Alcaldía, Andrés Zaratti, dijo que hasta el viernes se admitirá la inscripción de quienes quieran participar en los concursos de choca, trompo y canchitas, en el cine 6 de Agosto, e invitó al público a la “chitiferia” que se realizará en el Pipiripi el 4 y 5 de febrero.
21 días durará la Feria de la Alasita en el campo ferial del Parque Urbano Central.
“El Ekeko es, según la creencia popular, el amuleto de los amuletos que vuelve realidad la miniatura que uno compra”.
Fernando Cajías / HISTORIADOR
El Ekeko ya no se vende en muchos puestos. El historiador Fernando Cajías explica que, además de ser el dios de la abundancia, “es un dios muy exigente y hay que quererlo, amarlo, por eso es que no todos se lo llevan a su casa, porque hay que hacer una serie de ritualidades. Por eso se explica que cada vez haya menos lugares donde se vende el Ekeko”.
Sin embargo, la poca presencia del diosecillo, asegura Cajías, no significa que la creencia haya disminuido y, por el contrario, muestra el respeto de la gente hacia las demandas de esta figura tradicional del mundo andino.
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