Juguetes, videos, carcasas y toda clase de productos de Pikachu y
otros personajes de la serie Pokémon invaden los puestos de la Feria
16 de Julio. Los compradores son jóvenes que veían el programa de Tv
en la década de los 90 y hoy son jugadores de la app de "realidad
aumentada” Pokémon Go.
"Felizmente volvieron al mercado estas figuras de acción. Me da
nostalgia al verlas porque Pokémon marcó prácticamente toda mi
infancia”, dice Luigi Reque, de 26 años, mientras revisa la mercancía de
un puesto de venta de la feria alteña.
La serie animada de televisión Pokémon fue muy popular a finales
de la década de los 90. Los espectadores de esos años ahora son
usuarios del juego de realidad aumentada Pokemón Go, que se habilitó
para Bolivia el 3 de agosto y que consiste en "capturar” los personajes
para completar una colección.
La popularidad del juego también llegó a El Alto; las plazas y
calles son campos de búsqueda de "pokémones”. Los jueves y domingos,
días de feria, esa urbe recibe además gente que busca productos de los
personajes.
"Nuestras ventas subieron cuando salieron las películas, primero
en el 2000 y luego, 10 años más tarde. El juego Pokémon Go ahora pone
de nuevo de moda a Pikachu y otros monstruos”, explica el comerciante
Juan Chambi, en la 16 de Julio.
El vendedor ambulante lleva en una mochila las figuras de
colección. No conoce los nombres de los personajes, así que los ofrece a
todos como "Pikachus”.
"Los precios también subieron. Antes, cada uno se vendía a 20 bolivianos. Hoy el precio mínimo es 35 ”, señala Chambi.
Pese a que el feriante no tiene un puesto fijo, la gente se
detiene para examinar sus productos. Los juguetes -mayormente
fabricados en China- son traídos desde Oruro por su hermana. Ante la
creciente demanda, Chambi también incrementó los pedidos.
"No importa el precio, con tal de que sean originales y de la
primera generación de Pokémon”, dice la universitaria Rocío García, de
19 años, quien paga 35 bolivianos por un juguete de Pikachu.
Los jóvenes visitan las extensas filas feriantes donde se exhiben
los artículos. En los puestos de celulares se exponen carcasas de
Pikachu, Squirtle y otros; el precio oscila entre los 30 y 150
bolivianos, según el material y el tamaño del dispositivo.
"A mí no me gusta Pokémon, prefiero Dragon Ball”, comenta otro
visitante de la feria, Oliver Pardo. Entonces, el dueño del puesto de
juguetes señala que también llegaron personajes de esa serie animada
también de los 90. El comprador los revisa.
Los televisores de los puestos pasan la película de la serie y los
vendedores de figuras ponen a todo volumen la canción de Pokémon para
llamar a los fanáticos.
La fiebre Pokémon también modificó la oferta de videos. Las
vendedoras de DVD apartaron toda una fila para exponer los capítulos de
la serie. "Es toda la colección completa, 18 temporadas. Si te llevas
todo te hago precio, te voy a rebajar”, ofrece la feriante alteña Jheny
Quispe.
Explica que antes de que se habilite el juego en Bolivia no
vendían capítulos de la serie animada, pero en las últimas semanas los
"caseros” le solicitaron copias. Ahora su puesto es visitado por
jóvenes y niños.
"Buscaba los capítulos de la primera temporada, pero nunca los
encontraba. Más bien salieron las copias. Son un clásico”, dice
Alejandro Ríos, de 29 años.
Por seis bolivianos se venden tres discos en una envoltura de
plástico. Las películas y los videojuegos Nintendo tienen un lugar
especial en los puestos.
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