domingo, 15 de febrero de 2009

La Feria a la Inversa capta la atención del continente


Una idea boliviana está en la mira del continente. Se trata de la Feria a la Inversa, una iniciativa que comenzó el 2004 con la meta de transparentar las compras y contrataciones de instituciones públicas y privadas, y que busca generar oportunidades de desarrollo a pequeñas y medianas empresas y a comunidades campesinas.

Cinco países de Centro y Sudamérica —entre ellos Costa Rica y Guatemala— han mostrado su interés para adoptar este sistema que obliga a las instituciones demandantes de obras, bienes y servicios a exhibir sus demandas a través de una feria pública. Así, los oferentes compiten en igualdad de condiciones para lograr la adjudicación de los contratos. “Se trata de que la información sobre compras y contrataciones, que debe efectuar toda entidad pública y empresa privada, se convierta en un bien público”, explica Flavia Giménez, directora nacional de la Fundación Feria a la Inversa.

En cuatro años se han desarrollado 70 ferias junto a gobiernos municipales como La Paz, Chayanta, Sucre, Camargo y Uncía; además de las prefecturas de Tarija y Potosí. A la lista se suma sólo una institución del Gobierno central: el Ministerio de Defensa.

En dichos eventos se han presentado más de 35.000 propuestas. Se han logrado contratos con las pequeñas empresas por un valor de 55 millones de dólares y se han firmado unos 10.200 contratos en todo el país. El 85% de los contratos fueron adjudicados por empresarios locales, favoreciendo el desarrollo económico local.

Este emprendimiento ha tocado también al sector privado. Cochabamba y Santa Cruz recibieron el 2004 y el 2005, respectivamente, a los empresarios de todo el país. En total se registraron demandas por un valor cercano a los 800 millones de dólares. “Lo más importante, sin embargo, fue que se crearon alianzas entre las pequeñas y las grandes empresas, las que normalmente están desvinculadas”, manifiesta Giménez.

Este año, la tercera versión de la Feria a la Inversa Empresarial se realizará en la ciudad de El Alto. Además, está prevista la realización de la Feria a la Inversa de la empresa minera San Cristóbal. La compañía tiene previsto brindar a las comunidades campesinas de Potosí la oportunidad de adjudicarse demandas, como ser la provisión de productos agrícolas para la alimentación de sus empleados.

La Fundación Feria a la Inversa presentó a la administración del presidente Evo Morales un proyecto para institucionalizar la feria, para que de esta forma toda institución pública esté obligada por ley a mostrar de forma transparente y pública todo lo que programaron comprar. Sin embargo, desde el Ministerio de Promoción Económica se informó que el Gobierno no ha tomado una decisión.

Mientras tanto, este emprendimiento —que cuenta con el apoyo financiero de la cooperación holandesa y suiza, así como de la Corporación Andina de Fomento (CAF)— ya ha captado la atención de otros estados de la región.

“Nos han invitado para hacer Ferias a la Inversa en cinco países del continente. Incluso una autoridad de gobierno nos comentó que el Presidente ecuatoriano (Rafael Correa) le consultó a su par boliviano cómo realizar este evento en su país”, contó Giménez.

Entrevista

“Es muy difícil vender al mayor comprador de Bolivia: el Estado”
FLAVIA GIMÉNEZ, directora de la Fundación Feria a la Inversa, cree que falta voluntad política para transparentar las instituciones.

Fue el 2000 que Flavia Giménez ideó una “feria al revés” para lograr que los funcionarios de las instituciones estatales salgan de sus oficinas hacia las plazas para informar a los pequeños empresarios sobre las demandas de sus instituciones. El proyecto Ferias a la Inversa fue premiado por BID-FOMIN en EEUU, y el 2004 se hizo una realidad en el municipio de El Alto.

¿Es muy difícil para los empresarios adjudicarse proyectos de las instituciones públicas?
Es muy difícil vender al mayor comprador de Bolivia: el Estado. Es difícil entender sus pliegos de especificaciones y su normativa. Así, la Feria a la Inversa permite a las instituciones exponer todo lo que busca comprar. Así se logra transparentar la gestión pública.

¿Cuáles son los beneficios?
Se genera empleo, ya que la inversión pública se ejecuta de inmediato. Durante la preparación de la feria es obligatorio capacitar a los pequeños empresarios. Los bolivianos estamos alejados de lo que son las compras estatales, pensamos que no son para nosotros, que todo está arreglado de antemano. Es un derecho proveer al Estado, pero para eso debemos capacitarnos y ser buenos proveedores.

Pero lo más importante es la transparencia, ya que las compras estatales y privadas son las que mueven la economía de un país. Si uno no está informado, nunca podrá ni siquiera interesarse en ese mercado. Si uno tiene una información accesible y transparente, y tiene acceso a financiamiento de manera transparente, entonces va a desarrollarse. Las compras estatales pueden desarrollarnos, significan un eje alrededor del cual nos transformemos como nación.

¿Cómo se garantiza la transparencia de las adjudicaciones?
Tenemos un sistema de calificación durante la feria que es utilizado por todas las comisiones. Y luego de conocer los resultados de forma pública, se le explica al proveedor el porqué su propuesta fue descalificada. La transparencia también se muestra cuando se ve a los jóvenes profesionales que no tienen un gran capital de trabajo y que se adjudicaron una obra. Entonces se les apoya con un capital a través de un fondo de hasta 40% del monto de contrato firmado.

¿Cómo lograr que las instituciones estatales transparenten sus compras y contrataciones?
Hemos trabajado con el Ministerio de Promoción Económica para que la feria no sea sólo opcional, que sea obligatorio el informarnos de una manera en la que podamos comprender. Eso se logra en una plaza o en un recinto ferial donde se muestren una vez al año las demandas estatales. Está en estudio este proyecto.

¿Qué es lo que se requiere para lograr este objetivo?
Se requiere voluntad política para que las compras estatales sean transparentes. Se requiere de una ley que permita a los ministerios sacar un día a todos sus administrativos hacia una plaza o un recinto ferial donde, rodeados de empresarios y periodistas, nos muestren lo que quieren comprar.


El Estado ahorró $us 60 millones

Según los datos manejados por la Fundación Feria a la Inversa, este emprendimiento generó al Estado un ahorro promedio de 60 millones de dólares, durante los cuatro años de ejecución.

La directora nacional de la Fundación Feria a la Inversa, Flavia Giménez, explicó que este ahorro se debe a que las instituciones estatales —como las alcaldías, prefecturas y ministerios— tienen la posibilidad de elegir en la feria pública la adjudicación de una obra, un bien o un servicio de menor costo al presupuestado originalmente, pero sin afectar las estipulaciones técnicas.

“En los cuatro años de Feria a la Inversa, ellos (las 40 instituciones públicas que participaron en este evento) han adjudicado 386 millones de bolivianos a precio referencial. Sin embargo, el precio final contratado fue de 327 millones. Entonces, el ahorro fue de 60 millones de bolivianos”.

Con todo, la inversión de los organismos internacionales cooperantes para realizar las ferias fue de 21 millones de bolivianos.


Puntos de vista

“La transparencia está ahora institucionalizada”
ROBERTO SCHOCK, alcalde del municipio de Ascensión de Guarayos (Santa Cruz).

“La Feria a la Inversa se inició en Ascensión de Guarayos el 2005. Fue todo un proceso de aprendizaje, tanto para los funcionarios municipales como para los proponentes locales de obras y de servicios. Todos nos involucramos para transparentar las ejecuciones del gobierno municipal.

Antes de la Feria a la Inversa, como ocurre en la mayor parte de los municipios que no encaran estos procesos de transparentación, había compañeros de los partidos de turno con preferencias. Se beneficiaban a amigos y a los partidarios de turno.

La transparencia está institucionalizada. Las adjudicaciones se hacen de manera pública y frente a todos lo proponentes que participaron de las ferias.

Ahora no necesariamente hacemos una feria grande, donde ponemos el POA a disposición. Más bien hacemos de 3 a 4 pequeñas ferias para adjudicar; dependiendo de nuestras necesidades y de los recursos, vamos adjudicando.

Por ejemplo, hacemos una específica para carpinteros en adquisiciones de muebles escolares. Realizamos otra, luego, para la adquisición de mandiles escolares, donde participan los costureros.

Las ferias han permitido al municipio ahorrar sustancialmente, pero lo más importante fue que se ha generado la formación de microempresas. Unas 20 se beneficiaron el 2008. Constructores como Carmelo Lola, que era un albañil y que desconocía cómo se hacía una oferta, ahora presenta propuestas con su microempresa”.


“Antes no había oportunidad para que trabajemos”
MIGUEL MARTÍNEZ, representante de la Federación de Microempresarios de la provincia Gran Chaco (Tarija).

“A finales del 2006 se hizo la primera Feria a la Inversa provincial. Entonces fueron capacitados unos 200 microempresarios. El Prefecto (Mario Cossío), que había realizado una convocatoria en la ciudad de Tarija, ordenó a sus subalternos realizar una feria provincial.

Antes, lamentablemente no había la posibilidad para nosotros de adjudicarnos obras municipales ni prefecturales. Éramos discriminados. Había un círculo vicioso donde siempre se beneficiaban los mismos de siempre.

Con la primera Feria a la Inversa en Yacuiba se beneficiaron unos 100 microempresarios con proyectos municipales. Además, otra cantidad similar logró adjudicaciones de obras prefecturales.

Actualmente aglutinamos siete asociaciones, desde carpinteros, metalúrgicos, constructores y textileros. Yo estoy, por ejemplo, en el área de la construcción. Con la Feria a la Inversa realicé aceras y refacciones de inmuebles. Antes nunca habría soñado beneficiarme con las obras. Las autoridades siempre sacaban las normas para evitar nuestra participación. Éramos subcontratistas de los contratistas, pero la cosa es distinta.

El año pasado no se realizó la feria porque un sector quería probar de otra manera hacer la feria. Fue organizada por el municipio, pero no resultó tan buena. Muchos no se beneficiaron como querían.

Sin embargo, la próxima semana vamos a realizar un ampliado general en Yacuiba para buscar impulsar una vez más la feria”.


“Ya conformé mi propia empresa de construcción”
LIDIA PAUCARA, arquitecta paceña, que formó su microempresa luego de participar en la Feria a la Inversa.

“Ya llevo dos años participando de la Feria a la Inversa, desde el 2007. La feria me ha apoyado porque, al comienzo, yo no tenía el capital para hacer las obras que requería la Alcaldía de La Paz. La feria tiene un fondo para prestar recursos económicos a los profesionales que se adjudican la construcción de una obra.

Sin muchas esperanzas me acerque la primera vez a la Feria a la Inversa de la Alcaldía de La Paz. Observé los términos de referencia, me informé y decidí proponerme para cuatro de las obras. Me adjudiqué las cuatro.

Eran obras de mejoramiento barrial, de calles de vías. Era en Munaypata Alto y otros barrios.

El trabajo más importante que realicé fue el de mejoramiento de una calle, pero en la cual había que utilizar topadoras y retroexcavadoras, entre otros. Era un lugar alejado, por San Antonio Norte. Me tomó 65 días, pero salió bien.

Ahora ya no necesito del financiamiento de la feria. Utilizo mis propios recursos. Ya conformé mi empresa. Este año me inscribiré en Fundaempresa. Esto no lo hubiera hecho posible sin la ayuda de la Feria a la Inversa. Yo no conocía nada sobre los procesos de adjudicación en la Alcaldía. Ahora los conozco bien, trabajo con las autoridades ediles y tengo contacto directo con los vecinos.

El primer año que participé me adjudiqué cuatro obras y el segundo logré tres. Este año espero volver a participar en la feria. Pero esta vez espero adjudicarme grandes obras. La cosa es arriesgarse”.

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