Ayer empezó la Feria de las Alasitas en Santa Cruz, con más de 1.000 expositores, en la avenida Sudamericana, zona sur de la ciudad, entre el cuarto y quinto anillo.
Un paseo de ida y vuelta por esta feria, visitando los diferentes estands, demanda por lo menos tres horas. Hay de todo en miniatura, de madera, tela, plástico.
Ahí encontramos a doña Basilia Flores, una de las antiguas "alasiteras". Lleva 38 años en el oficio, que empezó cuando había cumplido 30 años de edad, en La Paz. Ahora ella, que vende variedad de miniaturas artesanales en porcelana fría, igual que muchas otras personas dedicadas a esta actividad, pasa el año recorriendo los diferentes departamentos. Comienzan en la sede del Gobierno el 24 de enero, y después van a Potosí, Sucre, Cochabamba, Santa Cruz, y así por otros pueblos, como Montero por ejemplo, hasta culminar en noviembre en Trinidad.
La Feria de las Alasitas vende artesanía con ilusiones. “Lo que usted compra, ya sea un camioncito, una casita o dinerito, eso lo puede recibir si tiene fe”, fue el comentario de Gustavo Poiquí, un comprador que anunció su necesidad de adquirir un chalecito.
Más de cuatro décadas
Anoche fue la apertura de la feria que en Santa Cruz cumple 41 años. La inauguración oficial será pasado mañana. Han llegado artesanos de La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí y Tarija. La mayoría es de Santa Cruz
Entre otras cosas
1 El origen de la Alasita se sostiene en mitos y leyendas, según Antonio Díaz Villamil en su libro Leyendas de mi tierra.
2 Se dice que la tradición se inicia en 1781, cuando el gobernador Sebastián Segurola ordenó celebrar una fiesta anual en honor al Ekeko.
3 La disposición de Segurola fue en agradecimiento al Ekeko, porque la ciudad se salvó del cerco de Katari.
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