Mientras que algunos expositores muestran las artesanías que hacen con sus propias manos, otros ofertan productos minúsculos de procedencia china y peruana.
“Estas cajitas rojas de cerveza son peruanas”, cuenta una de las vendedoras, Yola Laura, y señala la pequeña caja plástica de cerveza que lleva un sticker con el logo de la empresa Paceña.
Para los expositores no es un secreto que muchos de los productos que adquieren son peruanos, chinos o de algún otro país.
Por ejemplo, en el puesto de Yola se venden muchos de estos productos, que ocupan más espacio frente a las casas de madera que ella y su familia fabrican.
En cambio, para uno de los artesanos más antiguos de la Alasita, Jorge Hinojosa, “el plástico chino es una basura y se rompe rápido y no sirve”.
Este material es observado en los pequeños muñecos, gomas, bolígrafos y hasta cuadernos minúsculos que se encuentran en varios de los puestos.
Con pena, Yola considera que la gente ha perdido el aprecio por las artesanías.
“Buscan autos de último modelo y no los tenemos porque se elaboran con pocos moldes. Pero autos chinos buenos hay hartos”, dice la vendedora.
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