- Antes, llena de artesanías en miniatura, y hoy, llena de puestos de comida y juegos propios de un parque.
Según los artesanos de la tradicional Feria de Alasita (comprame en aymara), se perdió el interés por las miniaturas y los comerciantes de comida, plásticos y hasta ropa ocupan el lugar.
“Nos han ubicado en un mal lugar (a los artesanos) y ésta es una feria que pasa por internacional. Nuestros puestos están mal hechos...”, dijo uno de los expositores pioneros de la feria, Jorge Hinojosa.
En su criterio, ellos deberían estar clasificados y ser prioridad en cuanto a ubicación.
Coincide con él Irma Machicado, expositora desde hace 31 años en la feria, que no duda en decir que la Alasita se ha convertido en un “mercado”.
Según ella, las dirigentes la han vuelto más comercial y se venden objetos que no corresponden a la feria.
“Cuando estaba comenzando (la Alasita) los guardias venían y hacían un recorrido, recogían los plásticos y lo que no era artesanal”, recuerda con pena.
Ella, al igual que varios de los artesanos del sector “Decanos”, sienten que los comerciantes se han apropiado del lugar.
En una visita que este medio realizó a la Alasita, notó la poca presencia de la gente a los sectores artesanales y en cambio los sectores de comida estaban repletos de personas.
Reinan los puestos de pacumutus, comida rápida, de api con pastel -que incluyen la reproducción de alguna película taquillera- y también abundan los toldos que ofertan frutas cubiertas de chocolate.
Parejas y familias enteras se dan cita por las noches, cuando alguno que otro puesto de artesanías está abierto, sin embargo, los juegos del parque están funcionando y atendiendo a cientos de visitantes.
“Más son los juegos y eso también es lo que atrae la gente, además de la comida. La miniatura ya no hay tanto...”, cuenta cabizbaja María Sánchez, otra de las artesanas que, minuciosamente, se da la tarea de envolver pequeñas galletas -que se pueden comer- en empaques similares al original.
Es así que en la tradicional Feria de la Alasita, donde la gente compra las miniaturas con fe y esperanza para que se vuelvan realidad, ya no queda mucho espacio para los “verdaderos artesanos”, según cuentan ellos.
“Dicen que hay 4.000, pero ni a 100 llegamos”, dice Hinojosa.
- Salubridad El personal del Laboratorio Municipal controla la higiene de los utensilios, la conservación de los alimentos frescos, el uso de mandiles, pañoletas y la limpieza de los puestos en los diferentes sectores de la feria.
- Seguridad La Guardia Municipal instaló un puesto fijo en la feria para controlar el manejo de alimentos y también recibir denuncias y reclamos de los visitantes. La carpa se encuentra en la calle Wenceslao Argadoña, en el ingreso del Espacio Memoria y Futuro del Parque Urbano Central.
- Basura Debido a la acumulación de basura que se genera en la feria, la Comisión de Desarrollo Humano y la Red Juvenil La Paz 2011 facilitó contenedores a las vendedoras para el acopio de la basura.
- Cierre Según el programa municipal, la feria de las miniaturas concluirá el domingo 13 de febrero con el conocido remate de las artesanías.
- Puestos Cerca de 4.500 expositores ocupan por completo el Campo Ferial del Bicentenario, los artesanos dicen que la mayoría son comerciantes y revendedores.
lunes, 7 de febrero de 2011
Según artesanos, la Alasita se redujo a comida y juegos
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