martes, 1 de noviembre de 2016
Video Variedad de ofertas en la feria de Todos Santos
Urpus y tant’awawas de todo tamaño y precio, además de una gran variedad de dulces y flores, son ofertados por los comerciantes de la feria de Todos Santos en la calle Brasil, entre San Martín y Lanza.
Más de 250 comerciantes de dos asociaciones se asentaron en las calles desde ayer para vender su producción que será ofrendada a las almas en los tradicionales 'mast'akus' -mesas-, informó la dirigente Selma Castellón.
Todos Santos es una celebración cristiana que se conmemora el 1 de noviembre y el Día de los Difuntos que es el 2 de noviembre, es una fiesta pagana, pero ambas se mezclaron con el tiempo.
La festividad se vive desde medio día cuando, según la tradición, las almas bajan para visitar a los vivos en la tierra. Para recibirlos las familias deben armar una mesa con masitas, comida, frutas y otras delicias que los visitantes comían cuando moraban en la tierra.
"El preparado de la mesa es toda una tradición. Cada tant’awawa tiene un significado y no puede ponerse al azar", explicó Uvaldina Franco, que lleva más de 50 años amasando esas delicias.
“Mi abuela enseñó a mi madre y yo sigo la tradición. No quiero que se pierda”, dijo, a tiempo de mencionar uno por uno el significado de los componentes de una mesa.
Por ejemplo, los urpus en forma de Luna y el Sol iluminan el alma, la escalera sirve para que el espíritu suba al cielo o baje a visitar la tierra, la cruz lo protege, la paloma guía el camino al cielo y el caballo lleva la carga del alma a su destino.
Las tant’awawas simbolizan al fallecido, dependiendo su tamaño y su género, son disfrazados con máscaras y adornados con implementos característicos de su personalidad.
Precios accesibles
Los precios este año se mantuvieron tanto para las tant’awawas como para los dulces y las flores, explicó Selma Castellón, sin embargo las ventas no fueron lo que esperaban.
En este sentido se puede encontrar tant’awawas desde 5 bolivianos, de tamaño pequeño, 20 bolivianos uno mediano y 45 o 50 bolivianos los grandes, que llegan hasta un metro.
Los urpus también varían según el tamaño y la calidad de la masa – hay tres tipos de masa-. Las de menor calidad cuestan 3,10 o 20 bolivianos, según el tamaño; y las de mayor calidad están entre 15, 30 y 50 bolivianos.
Los dulces también mantuvieron su precio y se vendieron bastante bien, aseguró la comerciante Rocío Villarroel.
Las canastas cuestan entre 5, 15 y 25 bolivianos, las cruces están a 10 y 20 bolivianos. Si se quieren pedidos especiales hay que pagar un poco más pero la calidad está garantizada. Todo para que las almas se sientan satisfechas en su visita a la tierra.
Las flores, que se llevan al Cementario mañana para “romper la mesa” –tradición por la que se reza y canta para llevarse las masitas y platos-, no subieron de precio.
Por ejemplo los lirios están a 7 bolivianos el ramo, la Clavelina a 10 la docena, las Ilusiones a 5, Leticias a 4, las Margaritas a 5, el Cartucho a dos bolivianos por unidad y el Gladiolo a 40 bolivianos la docena.
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