¿Por qué el Ekeko es cada vez más marginal en la feria de Alasita? David Mendoza, investigador paceño, cree que las nuevas generaciones han ido perdiendo fe en el ídolo y han echado al olvido los rituales para tenerlo contento, ya que el diosecillo es “celoso” y puede pagar mal con mal.
Mendoza explicó que el ocaso del Ekeko comenzó en la década de los 80 del siglo pasado.
La desaparición de los artesanos encargados de su fabricación debido a la caída de la demanda y a la aparición de nuevos símbolos de la prosperidad fue la causa.
Desde el jake illa hasta el actual Ekeko la transformación de este diosecillo fue constante. En la Guerra del Chaco, recuerda el experto, llegó a desaparecer y su lugar fue ocupado por la Ekeka, diosecilla morena cargada de alimentos. Pero luego de la conflagración bélica, el ídolo retornó, con el rostro de un “chapetón”.
De acuerdo con Mendoza, las nuevas generaciones no dan la misma importancia que sus antepasados al ídolo andino.
“Al Ekeko hay que atenderlo, no lo puedes tener en un rincón. Es sumamente celoso, si te quieres casar debes pedirle permiso. Tienen que vestirle, charlarle, hacerle fumar los viernes”.
“En una vivienda no puedes tener un Ekeko como una obra de arte, a este ídolo se lo debe considerar como de la familia y no se puede tener una Virgen al lado o un santo, debes tener un altar para cada uno. Al ídolo hay que charlarle cada viernes y en carnavales, hacerle la k’oa. Así se consigue todo lo que uno desea y sueña”, dice el investigador.
De lo contrario el Ekeko se enoja y puede traerte desgracia, ”hasta te hace divorciar” o te trae problemas , agrega. Ésta sería una causa de que haya perdido devotos. Sin embargo, a pesar del abandono en el que está el Dios de la Abundancia, Mendoza cree que no desaparecerá, porque es parte de las tradiciones nacionales y no puede existir Alasita sin él.
Mendoza explicó que el ocaso del Ekeko comenzó en la década de los 80 del siglo pasado.
La desaparición de los artesanos encargados de su fabricación debido a la caída de la demanda y a la aparición de nuevos símbolos de la prosperidad fue la causa.
Desde el jake illa hasta el actual Ekeko la transformación de este diosecillo fue constante. En la Guerra del Chaco, recuerda el experto, llegó a desaparecer y su lugar fue ocupado por la Ekeka, diosecilla morena cargada de alimentos. Pero luego de la conflagración bélica, el ídolo retornó, con el rostro de un “chapetón”.
De acuerdo con Mendoza, las nuevas generaciones no dan la misma importancia que sus antepasados al ídolo andino.
“Al Ekeko hay que atenderlo, no lo puedes tener en un rincón. Es sumamente celoso, si te quieres casar debes pedirle permiso. Tienen que vestirle, charlarle, hacerle fumar los viernes”.
“En una vivienda no puedes tener un Ekeko como una obra de arte, a este ídolo se lo debe considerar como de la familia y no se puede tener una Virgen al lado o un santo, debes tener un altar para cada uno. Al ídolo hay que charlarle cada viernes y en carnavales, hacerle la k’oa. Así se consigue todo lo que uno desea y sueña”, dice el investigador.
De lo contrario el Ekeko se enoja y puede traerte desgracia, ”hasta te hace divorciar” o te trae problemas , agrega. Ésta sería una causa de que haya perdido devotos. Sin embargo, a pesar del abandono en el que está el Dios de la Abundancia, Mendoza cree que no desaparecerá, porque es parte de las tradiciones nacionales y no puede existir Alasita sin él.
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