Comerciantes de al menos dos calles de la feria de la 16 de Julio de El Alto ofrecen puertas y muebles usados de dudosa procedencia sin ningún tipo de control policial, según pudo comprobar EL DIARIO en una visita al lugar.
Asimismo, se pudo precisar que la venta de electrodomésticos a medio uso tampoco cuenta con una vigilancia.
Ayer, muchos visitantes de la feria advirtieron que en muchas oportunidades han verificado que los enseres que fueron sustraídos de sus hogares son ofrecidos a los compradores sin el menor reparo, por lo que desconfía de lo que se ofrece en este lugar.
“Yo estoy buscando una puerta de garaje, por lo menos sé que ese tipo de productos se los compra casi nuevos, mientras que otro tipo de muebles, como electrodomésticos, roperos, cómodas y veladores, tengo mis dudas, parece que no son todos provenientes de una acción lícita, por lo tanto, prefiero no comprarlos porque incluso en las condiciones en las que son ofrecidas están bien maltratados y son de madera blanca, por lo tanto, se dañan en menos tiempo”, expresó Guillermo Condori, uno de los visitantes.
Por su parte, los comerciantes de la populosa feria aseguraron que ocupan la avenida Panamericana para vender sus productos y que el 99% de los muebles que se exhiben tienen alguna relación con domicilios particulares, ya que son usados o provienen de ellos.
Muchos de estos mercaderes sostienen también que compran los productos de la gente que, supuestamente, renueva sus muebles por otros nuevos o simplemente se traslada abandonando aquellos en la calle por considerarlos viejos.
Otra de las características de la compra en esta zona es la diferencia entre hombres y mujeres ya que los varones en la feria buscan, en su mayoría, puertas de garaje metálicas o de madera, mientras que las damas se percatan más por adquirir otro tipo de muebles como tocadores, veladores y vitrinas las cuales son destinadas incluso a sus propios dormitorios.
Según la ciudadana Margarita Tarqui, “muchos muebles son ofrecidos desde los Bs 200 pasando por un juego de comedor para seis personas en Bs 600 y una mesa para cuatro con sillas de fierro a Bs 400, lo que no representa mucha diferencia en comparación a los muebles nuevos que pueden ser adquiridos en Bs 800 en la calle Eloy Salmón de La Paz de madera de pino”.
“Hay que buscar mucho para poder conseguir un mueble que valga la pena adquirirlo, en el sector de los usados, es por eso que recorrimos con mi hija varias veces la zona desde el pasado domingo para encontrar un tocador para su dormitorio, porque yo no le puedo comprar con Bs 400 uno nuevo y ella no quiere esperar”, comentó.
En el recorrido efectuado por la redacción del Decano de la Prensa Nacional, no se pudo encontrar a algún efectivo policial realizando su patrullaje en las dos calles destinadas a la venta de muebles usados.
“No vienen los policías, ellos están dando vueltas más abajo, aquí no llegan y es por eso que entre nosotros nos organizamos cuando hay la presencia de alguna personas sospechosa”, expresó uno de los comerciantes quien no quiso ser identificado.
Franklin Mamani, uno de los visitantes de la feria relató que en dos oportunidades logró identificar pertenencias que le fueron sustraídas pero no pudo recuperar sus muebles.
“Los comerciantes son quienes no cooperan cuando las víctimas de robo en domicilios encuentran sus muebles en la feria, por el contrario, se agrupan de manera avasalladora, argumentando que a ellos les han ofrecido como usados, por otra persona y que no los reconocen”, lamentó.
Asimismo, agregó “nosotros ponemos nuestra denuncia sobre la venta irregular de los muebles robados en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen y los policías nos han dicho que si nosotros no habíamos puesto la denuncia antes no tenemos ningún factor legal para poder recuperar nuestros utensilios”.
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