lunes, 4 de octubre de 2010

Las miniaturas, las creencias y la diversión se mezclan en las Alasitas

“Aquí tiene su casa, su auto, su tienda, sus documentos o título de propiedad. No olvide llevar su capital, cinco mil o diez mil dólares americanos. Que el señor y la Virgencita de la Candelaria les concedan sus deseos para que sus sueños se hagan realidad. Que sea en buena hora”, ésta es la tradicional frase que se escucha, a cada paso, en el recorrido por la Feria de las Alasitas, cuando la gente adquiere una de las miniaturas. Esto va acompañado con el rociado de alcohol y el sahumado o santiguado que, según la creencia o el ritual altiplánico, le permitirá hacer realidad lo soñado.
Entre las novedades que traen los vendedores que llegaron desde La Paz y Cochabamba, y que permanecerán hasta el 17 de octubre, están los objetos hechos en vidrio, cobre y madera.
Virginia Escóbar, ‘alasitera’ que llegó desde La Paz hace 10 días, expresó su satisfacción con las ventas realizadas; además, señaló que algunos clientes, de anteriores años, la visitan para contarle los sueños que lograron cumplir y se llevan otros objetos, como la maletita del millón, que en su interior contiene un pasaporte con visa, un boleto de avión, tarjetas de crédito, billetes en dólares americanos, euros y bolivianos.
Los niños y las niñas que acompañan a sus padres en este lugar, que se convirtió el fin de semana en entretenimiento, también quieren cumplir sus sueños y piden sus añorados juguetes en miniatura.

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