Siguiendo con la festividad de Santa Anita, barrios como El Molino, que crece con el pasar de los tiempos en Tarija, niños y grandes de los barrios, Fátima y Juan XIII entre otros, realizaron este fin de semana la tan ansiada festividad de Santa Anita. Gastronomía, familia, tradición, recreación y júbilo marcaron los dos días de fiesta.
Vargas Mary Flores, si bien no es una residente del famoso barrio de El Molino, es la principal organizadora de esta festividad en la zona, la cual es realizada desde hace aproximadamente 15 años en la Plaza Uriondo, recordó, indicando que para esta oportunidad, hubo 50 puestos. “Hay muchas familias que son y no del barrio, pero que año tras año participan juntos con sus hijos pequeños”.
Flores hace conocer, que para que para obtener un espacio en es esta festividad, no debe realizarse ningún tipo de trámite, ni siquiera un permiso previo. “Simplemente tienen que llegar y tratar de acomodarse donde les sea más cómodo, o en el lugar que encuentren, dependiendo si llegan retrasados”.
Toda la cuadra de la calle La Madrid y parte de la calle Sevilla de la plaza del barrio, fue el epicentro donde pudo notarse la participación de niños vestidos con prendas tradicionales y mandiles, ocupando oficios de adultos, quienes ofrecieron y vendieron sus pequeños productos.
En la festividad de ese barrio, pudo destacarse y disfrutarse de la deliciosa repostería que las conocidas mujeres “molineñas”, que con la ayuda de sus niños, hicieron lo posible para preparar los pequeños postres, masitas y mini tortas.
También hubo minis platos típicos, juegos de diversión y la famosa fuerte sin blanca, típica de esa festividad.
Para José Manuel Palacio, vecino del barrio El Molino, si bien esta festividad en ese barrio “no es tan grande”, como las que suele verse en la Santa Anita del barrio Las Panosas, o Juan XIII, es una feria esperada por los niños de la zona.
“El objetivo no es lucrar, es que mis niños, al igual que los demás se diviertan y sepan el valor del trabajo, pero a la manera de ellos, que es jugando”.
De manera paralela, también fue realizada ayer la misma festividad en el barrio Juan XXIII. Tres cuadras de la Avenida Fond fueron ocupadas por alrededor de 150 niños, junto a sus padres y familiares, quienes vivieron una jornada colorida.
“Esta festividad crece año a año, se ha convertido en una de las festividades de Santa Anita más grandes que se realiza en los diferentes barrios” indica Alberto Chávez, vecino del barrio.
Con la misma temática, el barrio Fátima festejó el sábado la mini feria de Santa Anita.
Debido a la afluencia de personas que visitan este barrio, porque además en ese lugar es realizada cada fin de semana la feria de ropa, hubo masiva asistencia de vecinos y visitantes que optaron por degustar la gastronomía que ofrecían los niños.
Esta festividad que empezó desde las 9:00, se prolongó hasta las 17:00. “Fue primera vez que junto a mis hijos participamos de una feria de Santa Anita. Linda oportunidad para recordarles que son niños y que esa es una verdadera forma de recrearlos”, indica Pedro Pereyra, padre de una familia oriunda de la ciudad de Santa Cruz, que reside en Tarija desde principios de año.
“No comprendía muy bien la temática, yo tenía una errónea idea que esta festividad en miniatura era igual que Alasitas –fiesta tradicional de La Paz que se replica en otras capitales del país- ; sin embargo, entendí que acá es para que los niños jueguen a ser grandes y de alguna manera, los grandes volvamos a ser niños”.
Mini Santa Anita
La tradicional festividad de Santa Anita nació en el colegio que lleva el mismo nombre, ubicado en la zona central; sin embargo, conforme fue creciendo esta tradición se fue trasladando al barrio San Roque en la denominada Calle Ancha, donde hoy es la Cochabamba, lugar en el que a mediados de julio es realizada la feria, donde sobresale la miniatura.
Sin embargo, conforme fueron pasando los años, barrios como Las Panosas, El Molino, Juan XXII, fueron replicando esta actividades desde hace 15 años aproximadamente, en la cual no participa activamente el comercio informal, siendo más cercanas a los orígenes de esta festividad.
El Gobierno Municipal decidió apoyar estas actividades incluyéndolas en el programa oficial, mismas que son programadas previas a la inauguración de la feria de Santa Anita en la calle Cochabamba.
lo
destacado...
Por la celebración del día de Santa Ana, las hermanas organizaron el 26 de julio de 1884, un acto de confraternidad infantil. La actividad consistía en sencillos bazares, en el que expendían juguetes, ropas de muñecas, masitas, refrescos y otros enseres cedidos por trueque a cambio de botones de concha.
La celebración logró gran impacto en la población infantil y juvenil. Por eso, al paso del tiempo, la población instaló en el frontis de sus domicilios bazares propios a fin de distraerse con los amigos del barrio. Finalmente, la Fiesta de Santa Anita se extendió por los cuatro únicos barrios que entonces tenía la ciudad de Tarija.
En 1892, por iniciativa de los vecinos de la calle Cochabamba, fue levantada frente a la Capilla de San Roque, los primeros puestos de miniatura, donde la compraventa era realizada mediante conchitas, que según el tamaño, forma y color, tenían su valor.
Conforme pasaron los años, la festividad se hizo más grande, llegando a ingresar en la misma el comercio informal con la venta de juguetes, billetes, diplomas, alcancías y ropa en miniatura.
la
nota
Los Chapacos, Senac y Luis de Fuentes realizaron su mini Santa Anita…
[Repostería de las mujeres “molineñas” que se destacan por ser buenas cocineras. ] Con el fin de realzar las costumbres, otros para recaudar fondos, fueron realizadas las ferias de Santa Anita que fueron replicándose a lo largo de los años, no sólo en los barrios más tradicionales de la ciudad, sino también en diferentes zonas.
Las mini Santa Anita, fueron replicándose en diferentes zonas de la ciudad, donde los niños fueron los principales protagonistas.
El párroco de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, Juan Vega Baldivieso, fue el responsable de la organización de Santa Anita en el barrio Senac, quien no dejó de destacar la participación activa de los vecinos en la actividad.
“Desde el más chico al más grande está colaborando” dijo Vega Baldivieso.
En esta zona, tanto catequistas, como grupos allegados a la Iglesia elaboraron platos típicos, refrescos, postres, suertes sin blanca, empanadas, variedad de masitas, buscando realzar las costumbres para alegrar e incentivar a los niños.
Similar situación ocurrió en el barrio Los Chapacos, donde todos los niños, jóvenes y adultos que apoyan a la construcción de la Iglesia en esta zona, elaboraron chirriadas, api con sopaipillas, pequeños pastelitos, tostadas o “pipocas” de pollo, masitas y otros.
El padre Miguel Maygua Maygua, explicó que en ese barrio están destinando los fondos recaudados en actividades de este estilo para la construcción de la iglesia.
“Lindo sería que todos presten su tiempo” dijo el sacerdote, haciendo referencia que en este tipo de iniciativas, son los mismos vecinos que siempre cooperan, esperando contar con la participación de más personas.
En Luis de Fuentes los vecinos también se organizaron y sacaron los puestitos de los niños para vender diferentes productos tradicionales, como también vender las denominadas suertes sin blanca.
No comprendía muy bien la temática, yo tenía una errónea idea que esta festividad en miniatura era igual que Alasitas; sin embargo, entendí que es una fiesta para que los niños jueguen a ser grandes y de alguna manera los grandes volvamos a ser niños”.
Pedro Pereyra
Ciudadano cruceño.
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