lunes, 24 de septiembre de 2012

El Alto tiene 380 asociaciones de ferias en diferentes barrios


Las ferias zonales permiten que los alteños compren productos con mayor comodidad al encontrarse a pocos pasos de su hogar y a las vendedoras les multiplican las posibilidades para poder distribuir sus productos.

A penas salió el sol y Lidia Copa ya se alista para dirigirse a la feria zonal que en esta jornada le toca, una caja de tomates, arvejas, habas, zanahorias, cebollas, lechugas y un zapallo grande deben entrar en su carrito bien sujetos para que no caigan en las 20 cuadras que restan hasta llegar a la feria zonal.

Una vez en el lugar, debe asegurarse de exhibir sus mejores productos a la vista de los clientes, ordenados cada uno en su sección en pequeñas montañitas a la espera de que cualquier ama de casa los compre para usarlos en el almuerzo del día.

Por su parte, los clientes, que en la mayoría de los casos son mujeres, toman un sombrero y una bolsa de mercado para abastecerse de los productos de la canasta familiar.

En la mayoría de las zonas, este es el panorama dos o tres veces por semana, las caseritas acostumbran instalar ferias zonales que no tienen nada que envidiar a las ferias más grandes de la ciudad de El Alto.

“Yo prefiero esperar los días que se realiza la feria porque dirigirme a La Ceja o a otros mercados nos queda lejos, las bolsas son pesadas para nosotros es muy cómodo que se realice este tipo de mercados dos veces por semana”, comentó Margot Herrera, vecina de la zona Litoral.

Asimismo, las señoras que acuden a estos mercados establecidos, afirman que en las pequeñas ferias los vecinos pueden encontrar todo los artículos que necesitan y otros que no son tan necesarios.

“Todo se puede encontrar, verduras, frutas, comidas, abarrotes por mayor y menor, productos de limpieza, ropa, bañadores, hasta herramientas y me animo a decir que en muchos casos son más baratos que en otros lados”, remarcó Paulino Yupanqui vecino de la zona Collpani.

Es una tarea que beneficia a la población, en especial a las zonas que están más lejanas al centro alteño.

Entre las más concurridas se puede mencionar las ferias de Pacajes, la de la avenida Litoral, la extranca, la de Villa Dolores, la de Villa Adela y la de San Roque.

Cada feria está muy bien organizada, tiene su directiva y cada representante se encarga de atender los asuntos de interés de sus compañeras.

“Cada sector tiene una compañera representante, a nivel de la feria tenemos una secretaria general, entonces ella se encarga de comunicarse con las representantes de cada sector y ellas nos comunican los asuntos y la comunicación retorna así funciona”, señaló Lidia Copa, vendedora de verduras de la feria de Collpani.

Cada una de las vendedoras de las diferentes ferias zonales, contribuyen económicamente con el Municipio mediante el pago de patentes.

“Igual que cualquier ciudadano nosotros tenemos responsabilidades tributarias, anualmente pagamos patentes por vender, el monto varia dependiendo del sector y las características de cada feria, por ejemplo yo pago 13 bolivianos por vender dos días en la zona Collpani”, aseveró doña Lidia.

Al respecto, Marisol Quisbert, jefe de la Unidad de Control de Ingresos de la Dirección de Recaudaciones del El Alto, informó que en la urbe existen 380 asociaciones de vendedoras en vías públicas.

“Las representantes sindicales de cada asociación nos traen las listas de sus integrantes, ellas realizan el pago en general de cada vendedora y se les otorga un recibo de Patente Eventual en Dominio Público”, aseguró la funcionaria.

También, Quisbert agregó que el monto de los patentes varía dependiendo la clasificación de las zonas.

“La categoría A es para las zonas más cercanas a La Ceja, el monto de la patente es de 20 bolivianos, la B un poco más lejos es de Bs 13 y finalmente tenemos la C, que contempla los sectores más periféricos de la urbe y cancelan sólo seis bolivianos anualmente”, acotó la entrevistada.

Todos estos cobros están normados por la Ordenanza Municipal 170/2008, pero sólo contempla las vendedoras en vía pública, sin embargo, la autoridad de Recaudaciones señaló que se está trabajando otra ordenanza que involucre a las vendedoras de los mercados ya que ellas no pagan este patente.

Agregado a ello, la vendedora señaló que con su oficio pudo mantener a sus cuatro hijos.

“Me alcanza, pero no sólo vendo aquí yo busco otros lugares y me levanto muy temprano, claro que siempre me doy una escapada para vigilar a mis hijos, no tenemos lujos pero no nos falta para pan de cada día”, argumentó la caserita.

Muchos ciudadanos alteños, en algunas ocasiones no valorar el aporte que este sector realiza a la sociedad, pero simplemente hace falta pensar cómo sería el panorama sin que existieran las ferias zonales.

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