La Feria del Desempolvado visitó por primera vez la ciudad de La Paz, el pasado fin de semana, con la exposición de una serie de documentos, juguetes, cámaras fotográficas, libros y otros objetos del siglo XIX y de principios del siglo XX.
Durante la Feria Dominical de El Prado, llamó la atención de los visitantes una colección de fotos nacionales y extranjeras que se podían ver a través de estereoscopios.
Hace ya varios años que los hermanos Fabrizio y Mauricio Cazorla –investigadores e historiadores orureños- organizan la Feria del Desempolvado, cada domingo en el atrio del Santuario de la Virgen del Socavón en Oruro.
“Esta feria nació a iniciativa de Juan Bautista Pesci (párroco del templo) que propuso organizar una especie de ‘feria de pulgas’ donde la gente en vez de comprar con dinero corriente pudiera hacer trueques entre los objetos que le interesara”, cuenta Mauricio, miembro, además, del comité editorial de la revista Historias de Oruro.
Poco a poco aquel mercado de intercambio dio paso a la exposición de antigüedades que comenzó con las colecciones del Santuario del Socavón y el material de la biblioteca del historiador Josermo Murillo.
Poco a poco fue creciendo y ahora la gente puede apreciar vitrolas, libros, periódicos, revistas, juguetes y una colección de cámaras fotográficas de época que no deja de crecer y que hoy tiene ya más de 100 piezas.
Se sumaron también artefactos de uso cotidiano, como planchas de carbón, máquinas de escribir, latas de té y chocolates, colecciones de numismática (billetes y monedas) y filatelia (estampillas) y antiguas botellas de bebidas bolivianas.
Algunas “joyitas”
Dos de las piezas más atractivas de la exposición son una cámara fotográfica alemana de 1890, marca Voklanger, y otra Goez Berlin Temax, que fue muy popular y utilizada en la Primera Guerra Mundial.
“Se ven diferentes las fotos con este aparatito (estereoscopio). No sabía que en esa época ya se podía ver fotos tridimensionales”, comentó Julián López, que paseaba el domingo en el centro paceño y se detuvo a observar con detenimiento una foto de 1928 en la máquina que los hermanos Cazorla pusieron a disposición de la gente.
Como él, muchos de los transeúntes quedaron fascinados con muchas de las piezas. Fabrizio Cazorla contó a Página Siete que adquirió su colección “entre compras, remates y trueques” y, en algunos casos, como donación de vecinos de la ciudad de Oruro que guardaban estos objetos.
“De manera desinteresada, muchas personas donaron sus reliquias familiares para fortalecer esta feria, que crece cada año y que esperemos pronto pueda convertirse en un evento de alcance nacional”, sostuvo.
“Lo que queremos es que deje de ser una feria fría, que los objetos salgan de los estantes donde tradicionalmente se empolvan, porque nosotros interactuamos con el público y dejamos que toquen y usen todas las cosas que exponemos”, agregó Fabrizio.
Si bien las fotografías fueron la principal atracción en la feria del domingo pasado, los paceños también hojearon con atención -y compraron- los ejemplares del número 17 de la revista Historias de Oruro, que salió en julio pasado en homenaje a La Paz y que contiene una selección de fotografías de la sede de Gobierno de inicios del siglo pasado, además de trabajos de investigación de Raúl Calderón, Marcelo Ramos y Ana Rivera, entre otros historiadores.
Con el tiempo, los gestores orureños esperan volver periódicamente a participar en la feria de los domingos.
Por ahora, todo el que visite Oruro puede ver el “Desempolvado” cada domingo de 10:00 a 14:00, excepto en época de carnaval, cuando se extiende por varios días seguidos debido a la gran afluencia de visitantes.
Mauricio y Fabrizio invitan a los paceños y bolivianos en general a donar sus objetos antiguos a la Feria del Desempolvado, con la promesa de que nunca dejarán de practicar la política de compartir y difundir la cultura y la historia del país en las exposiciones que esperan en breve llevar a diferentes capitales.
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